Se conoce que entre todas las artes marciales el Kung Fu es considerado "el abuelo" de todas por ser el precedente de muchos de los estilos y sistemas modernos de artes marciales (aun a pesar de tenerse constancia de la existencia de artes hindues o mesopotamicos contemporaneos al mismo). Muchos pueden considerar la sociedad china como machista en muchos aspectos, sin embrago en el kung fu las mujeres podían demostrar sus habilidades y su coraje independientemente de su genero. Aunque existen muchos casos ilustrados un buen ejemplo de esto suponenen dos luchadoras en concreto: La princesa Ming Liang y Yim Wing Chun.
La Princesa Ming Liang es considerada la primera mujer en ser monja oficial dentro del famoso templo de Shaolin. Liang era una princesa cuya historia recuerda al origen de Buda pues, como él, viví recluida en su palacio dónde no lo era permitido salir ya que debía ser ajena al dolor y la pobreza del mundo. Pero esta princesa se fugó alcanzando, depués de muchas aventuras y desventuras, el templo de Shaolin recien construido. Una vez allí tuvo el privilegio de ser una de los primeros doce almunos de Bodhidharma, el cual fue encargado de traer los preceptos del budismo desde la Inidia hasta China para establecer alli lo que hoy en día se conoce como Budismo Chan o Budismo Zen (analogia utilizada en regiones más propias como Japón). Debido a que era una mujer y por razones monasticas no se le permitía vivir dentro de las dependencias masculinas det templo, sin embargo si se le permitió vivir en las cercanias de Shaolin, donde estableció la primera escuela femenina de Budismo Chan y artes marciales chinas. Posteriormente, cuando esta murió, se alzó una pagoda en su honor cerca del monasterio y finalmente se estableció el primer templo shaolin exclusivamente femenino construido por el hermano de la princesa Yung Tai, gran guerrera y luchadora., del cual nacieron verdaderas leyendas del Kung Fu.
Ng Mui partió luego para viajar por el país dejándole a Wing Chun el honor de honrar las tradiciones del Kung Fu continuando el desarrollo del sistema incluso luego de casada, y que apoyara a cualquiera que trabajara para derrocar al gobierno Manchú y restaurar a la dinastía Ming al poder. Así fue como finalmente, después de años de desarrollo y arduo entrenamiento estableció el sistema de combate hoy conocido como Wing Chun Kung Fu.
Dentro del mundo de las artes marciales japonesas también se sabe de casos documentados en los que la mujer ha sido vista como heroina y guerrera.
Debido a que la sociedad tradicional japonesa se basaba (y aun actualmente conserva algunos de esos vestijios) en un sistema de castas, las mujeres podian nacer dentro del seno de una familia samurai y ser consideradas como tal.
Crónicas de guerra nos cuentan sobre mujeres de samurais que en defensa de sus hogares empuñaban armas y hasta acompañaban a sus maridos a los campos de batalla. Esto demuestra que poseían sagacidad y coraje. Hay registros de una mujer guerrera llamada Tomoe Udosen, era especialmente diestra en el uso del arco y la flecha e incluso iba a batalla con su propia armadura (Yoroi).
A pesar de todo esto las mujeres japonesas no perdían sus cualidades femeninas, prestaban mucho cuidado a su apariencia, gustaban de usar su cabello perfectamente arreglado y su piel clara por medio de tratamientos con polvos y cosméticos. Vestían con lujo y hermosos kimonos coloridos de fina seda. Como podemos ver no solo eran las encargadas del mantenimiento de las tareas del hogar sino también valerosas mujeres capaces de enfrentarse a un batallón.
Se cree que las mujeres del bushi (o samurai en la batalla) estaban principalmente especializadas en el uso de la naginata debido a su versatilidad contra todo tipo de enemigos y armas, y también, en consideración a las situaciones en que ellas tendrían que defenderse más probablemente. Se dice que las mujeres, generalmente hablando, defendían sus casas en lugar de ir a la guerra, por lo que era importante adquirir experiencia en el uso de armas que ofrecían un mejor rango de tácticas para defenderse contra merodeadores que a menudo atacaban a caballo. Sin embargo en muchas ocasiones eran llamadas al campo de batalla dónde su experiencia y táctica militar eran muy valoradas. Por consiguiente, se cree que las mujeres a veces eran adeptas a la arquería, por el efecto a largo alcance, y a menudo con la naginata que era un arma eficaz contra jinetes a caballo en distancias medias.
Una mujer fuerte, elástica, armada con una naginata, podría enfrentar a cualquier guerrero a una distancia dónde las ventajas de fuerza, peso, o espada contaban muy poco.
Del siglo X en adelante, puede decirse que Japón nunca ha estado en paz, pero en 1467, el país entero cayó en un caos, en lo que fue conocido como Sengoku Jidai ( Período de Guerras entre Estados - 1467 a 1568). Éste fue un período en el que todas las clases sociales fueron arrastradas a la guerra, y a veces los dominios feudales quedaron casi despojados de hombres saludables que, o fueron muertos en batalla, o contratados hacia fuera como nobushi (mercenarios), o reclutados en los ejércitos.Un resultado de esta guerra desenfrenada fue que las mujeres quedaron a menudo como la última defensa de pueblos y castillos. Es probablemente en este momento que se genera la imagen de mujeres guerreras con naginata (Onna Musha) ataviadas, incluso, con armadura.
La esencia de las artes marciales decidió desde el principio residir en el corazón y el espiritu del ser humano, no en el de un hombre y una mujer.
Si quieres puedes hacerlo. Mujer, hombre, eso no importa en el mundo del Budo. ¿Por que si de verdad lo quieres no lo haces? ¿Por que si de verdad lo quieres sientes pereza de emprender este camino? ¿Por que si de verdad lo quieres te avergüenzas de desearlo? ¿Por que si de verdad lo quieres no empiezas ahora mismo? ¿Que te lo impide?
ResponderEliminarPhoenix.
Gran escrito ;) como siempre Germán, me dejas sin palabras cuando leo algo que sale de ti, y deverdad, que me ha gustado mucho y es muy interesante. Sigue asi y conseguiras todos tus propositos ;) LO SE!!!!
ResponderEliminarSusana